Sujeción del Apple Pencil en un iPad Pro con imanes de neodimio

Estas navidades me compré un iPad Pro de 12.9» y la verdad es que me ha cambiado la forma de trabajar. El uso principal que le doy es como libreta, tomando notas con el Apple Pencil. Este accesorio es el que realmente aporta un cambio radical a la tableta pues permite escribir y dibujar sobre la misma con una precisión y versatilidad tremendas, y sin latencia perceptible.

Pero independientemente de la tecnología que hay detrás del Apple Pencil, creo que en esta ocasión el diseño del mismo deja mucho que desear, y por varios motivos:

  • El necesitar un mini adaptador lighning para cargarlo es realmente engorroso y anacrónico.
  • La opción de cargarlo por el puerto lightning del iPad deja al lápiz en una posición muy expuesta y un movimiento desafortunado puede romperlo fácilmente.
  • La tapita, aunque tiene un imán que la mantiene unida al lápiz, salta y rueda con facilidad
  • El lápiz es totalmente cilíndrico, por lo que puede rodar por la mesa hasta que encuentra un obstáculo – o el suelo.
  • Y, lo que peor llevo… ¿dónde lo guardas mientras no lo estás usando? Hay fundas que llevan incorporado un especio para el lápiz, pero añaden mucho peso a un iPad ya de por si muy pesado.

Para solucionar algunas de estas pegas le he añadido una mejora. A algunos applemaníacos seguro que les parecerá un sacrilegio alterar así un producto Apple, pero pienso que si Steve Jobs levantase la cabeza y viese las pegas anteriores le iba a caer una colleja a algún ingeniero/diseñador que otro…

Lo que he hecho ha sido tan sencillo como pegarle unos pequeños imanes de neodimio (que creo saqué de unos lectores de DVD) tanto al lápiz como a uno de los lados del iPad. Son tan potentes estos imanes que el lápiz queda muy firmemente fiajdo contra el lateral del iPad, y hace falta hacer una cierta fuerza para separarlo. Con acercarlo ligeramente, el lápiz salta y se pega a los imanes.

Al principio lo pegué solamente con Superglue, pero luego decidí añadirle un pequeño borde de resina epoxi, que sobresale ligeramente y lo afea, pero no se nota demasiado. Quizás con el Superglue hubiese sido suficiente.

Además, con los imanes el lápiz ya no rueda por la mesa.

Queda hasta elegante, y es muy discreto.